3 de diciembre de 2014

¿Quién mató a las chapitas?




Hubo un tiempo no hace mucho en que las chapitas formaban parte de nuestra vida. Allá donde ibas siempre había alguien que las llevaba ya fuese tu peluquero, la doctora que te recetaba los lexatines o el camarero que te servía las cervezas (efectivamente, aunque la memoria es selectiva hubo un tiempo en que no bebíamos gintonic). Eran el complemento estrella, las reinas de nuestros oufits. Las llevábamos con orgullo porque si algo tienen las chapitas es que gritan al mundo entero quién eres. Cuidábamos nuestra colección y a la mínima oportunidad la ampliábamos. Fue al comprar nuestra primera chapita de La Casa Azul que empezamos a hablar del pop con propiedad, hasta entonces todo habían sido sandeces.

Y de repente seis, siete u ocho años después me doy cuenta de que todo ha cambiado. Mientras escribo estas líneas me siento como si me hubiesen criogenizado y hubiese despertado en un futuro devastador. Peor que devastador, ¡ un futuro sin chapitas! Ahora lo raro es ver gente que las use. Quizás se pueden ver en algún concierto o puestas con desidia en un bolso, pero ya no es como antes cuando teníamos nuestra chapita favorita, esa que usábamos paras las primeras citas, o la chapita de gala para los acontecimientos importantes. ¿Cómo hemos permitido que esto pasase? Quiero decir, ¿cómo es posible que hayamos permitido que se pusiesen otra vez de moda esos sujetadores holgados llamados crop top y no hemos hecho nada por resucitar las chapitas?

Jamás se nos hubiese ocurrido desechar de nuestra vida los cinturones, las bolsas de lona (eso ya hubiese sido el colmo) o las bufandas. Entonces, ¿por qué si hemos desechado las chapitas? Son de los complementos más democráticos que existen porque pueden llevarlas toda clase de gente sin importar sus gustos musicales o su vestimenta, aunque todos sabemos que quedan mejor en un cárdigan de rayas o un vestido de lunares.

En una situación normal, quienes me leéishabitualmente lo sabéis, ahora mismo propondría iniciar una verdadera revolución iniciando un movimiento social por el retorno instantáneo de las chapitas. Y ganas no me faltan. Pero por mucho que ahora me planteo crear una página de facebook llamada “Movimiento a favor del uso de chapitas” y abrir un blog de moda donde analizar cómo combina la gente sus chapitas usando las fotos que me manden los seguidores, os voy a proponer un ejercicio más sencillo y nostálgico.

Todos seguimos guardando nuestra colección aunque seguramente muchos la tengáis descuidada y esté guardada al fondo de un cajón. Id a buscarla y revisad las chapitas que tenéis. Cogedlas y recordad los conciertos a los que fuisteis con ellas, quién os regaló algunas de ellas, lo felices que os hacían y los tiempos en los que comprábamos chapitas en NaranjasChinas. Os han acompañado en grandes momentos y habéis vivido buenos con ellas, ¿verdad? Pues si después de eso no os entran ganas de salir a la calle con todas ellas puestas a la vez es que ESTÁIS LOCOS.

El fin de este ejercicio es animaros a volver a tenerlas presentes y usarlas en el día a día. Por eso hago un llamamiento para que me mandéis fotos de vuestra colección de chapitas o una imagen vuestra vistiendo vuestras mejores galas y vuestra chapita favorita. Sé que las echáis de menos igual que yo así que ayudadme con esta pequeña revolución. Lectores, volved a llevarlas con orgullo. Grupos del panorama pop, volved a hacer chapitas a modo de merchandising para que podamos comprarlas e incluirlas en nuestras colecciones.

¡Hagamos saber al mundo que no nos olvidamos de ellas y que vamos a hacer que vuelvan a ocupar el lugar privilegiado que nunca debierían haber perdido!


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